xEn un momento de crecientes tensiones diplomáticas, el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, reafirmó la posición de su gobierno sobre la soberanía de las Islas Malvinas, dejando en claro que “seguirán siendo británicas”.Esta declaración fue realizada durante una interpelación en la Cámara de los Comunes y se produjo poco después del anuncio de la devolución de las Islas Chagos a Mauricio, una decisión que ha generado diversas especulaciones sobre el futuro de otros territorios británicos.Starmer fue tajante al afirmar que no habrá espacio para negociaciones respecto a las Malvinas, destacando también su vínculo personal con el conflicto: “Mi tío combatió allí”, mencionó, lo que refuerza el compromiso de su gobierno con la defensa de estos territorios. Este comentario subraya la importancia histórica y emocional que las islas tienen para el Reino Unido.xEl reciente acuerdo con Mauricio ha levantado dudas sobre si este precedente podría aplicarse a otros territorios de ultramar, como las Malvinas o Gibraltar. Sin embargo, el gobierno británico ha sido enfático en su postura. La gobernadora de las Islas Malvinas, Alison Blake, salió al cruce de las especulaciones y declaró que “el compromiso del Reino Unido con la soberanía del territorio del Atlántico Sur es inquebrantable”.Además, Blake destacó que “los contextos legales e históricos del archipiélago de Chagos y las Islas Malvinas son muy diferentes”, un intento por calmar las preocupaciones de los habitantes de las Malvinas y disipar cualquier incertidumbre sobre el futuro de la región.xStarmer, en consonancia con esta postura, también descartó comparaciones entre los casos de Chagos y las Malvinas. Ante una pregunta del diputado Ed Davey, que se refirió a las dificultades que enfrentan los pescadores malvinenses a raíz del Brexit, el primer ministro fue claro: “Lo de las Malvinas lo tengo muy claro. Es personal para mí”. Starmer prometió que su gobierno tomará medidas para asegurar que las empresas de las islas puedan comerciar más libremente y contribuir al fortalecimiento de la economía británica.Este anuncio del primer ministro reafirma una política que el Reino Unido sostuvo desde el fin de la guerra de 1982, cuando las fuerzas británicas recuperaron el control de las Malvinas tras el conflicto con Argentina. A pesar del reciente acuerdo sobre las Chagos, el gobierno británico busca marcar un claro distanciamiento entre ambos casos, dejando en claro que la soberanía sobre las Malvinas no está sujeta a negociación alguna.