xMientras el Gobierno endurece su postura y se atrinchera frente al reclamo de las universidades, en el Diputados el oficialismo enciende las alarmas porque no están asegurados los votos para blindar el veto presidencial a la ley de financiamiento del sector. La mayoría radical lo va a rechazar, en el PRO no descartan fugas y los provinciales esperan que el Gobierno junte los votos antes de definir posiciones, pero el resultado todavía es abierto.Esta vez Milei no tendría el apoyo de todos los aliados que lo acompañaron para vetar la actualización de las jubilaciones. El argumento del rechazo de esta ley es el mismo: la implicancia negativa que tendría en el déficit fiscal el aumento de los presupuestos para las universidades y las mejoras salariales para los docentes y personal no docente.Para blindar el veto, el Gobierno necesita 86 votos, un tercio de la Cámara. En la sesión del 15 de agosto, donde Diputados dio media sanción a la ley de financiamiento universitario, impulsada por el radicalismo, hubo 143 votos afirmativos, 77 negativos y 35 asuentes. Es decir, debería haber 9 legisladores más que voten en contra para asegurarse el tercio que bloquearía la insistencia.La atención está puesta justamente en los diputados que no estuvieron en aquella sesión, y los representantes de la UCR que dieron vuelta su voto en la actualización de las jubilaciones y acompañaron el rechazo presidencial: Mariano Campero y Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y Federico Tournier. Los dos primeros estuvieron ausentes cuando se trató la situación de las universidades y estarían dispuestos a votar con los libertarios. En cambio Arjol, Cervi y Tournier, quienes votaron a favor de la ley impulsada, dudan en dar vuelta su voto.Entre los ausentes hubo un libertario, una tucumana que responde al gobernador Osvaldo Jaldo, que apoyó las acciones del Gobierno, y dos sanjuaninas que suelen votar con el oficialismo. En síntesis, de los legisladores que faltaron en agosto, el oficialismo podría sumar 6 votos, pero no le alcanzaría para cumplir con el objetivo de ratificar el veto.En el PRO aún no resolvieron si acompañarán la decisión del Presidente pero anticiparon que no quedarán “pegados a la derrota del Gobierno”, y lo decidirían luego de que se oficialice el veto. Una de las opciones que se analizan es dar libertad de acción a los miembros del espacio.Otro de los están bajo la lupa es el chaqueño Gerardo Cipollini, quien tampoco estuvo en la sesión de agosto y será investigado al igual que Roxana Reyes por el Tribunal de Ética de la UCR por ausentarse en la votación de por la movilidad jubilatoria luego de argumentar a favor del Gobierno durante el debate.Por otro lado, se especula que los mendocinos Lisandro Nieri, quien en agosto se abstuvo, y Pamela Verasay, que apoyó la propuesta, se ausenten de la sesión para no votar en contra del Gobierno. Otra de las apuestas del oficialismo es convencer al bloque de Innovación Federal, que comanda la salteña Pamela Calletti, quien no se pronunció sobre el tema. Sin embargo desde ese sector ya anticiparon que esperarán a que el Gobierno junte los votos y una vez que tenga el apoyo del PRO y de un sector de los radicales fijará una posición.La bancada que responde a los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones) apoyó el proyecto de financiamiento universitario. Sin embargo en la reforma jubilatoria habían apoyado el proyecto en la primera votación, pero luego se abstuvieron beneficiando la ratificación del veto de Milei.Por su parte, Unión por la Patria tuvo un total de 15 ausentes en la media sanción, mientras que al bloque de Encuentro Federal le faltaron 5, y otros 3 de la Coalición Cívica. De contar con todos los diputados, la oposición que busca ratificar la ley se quedaría con un total de 166 apoyos, lo que anticipa un final abierto.COMENTÁ EN FACEBOOK: HACÉ CLICK ACÁ