xConmoción en el LíbanoEn medio de una creciente tensión, el Líbano se enfrenta a las secuelas de dos días de explosiones que dejaron un saldo trágico. Las detonaciones, atribuidas a walkie-talkies utilizados por Hezbolá, provocaron la muerte de más de 30 personas, incluidas dos víctimas infantiles, y han dejado heridas a más de 3.000, según el Ministerio de Salud libanés.El pasado martes, cientos de bíperes explotaron simultáneamente en diversas partes del país, causando la muerte de 12 personas y dejando más de 2.800 heridos. Estas explosiones, que se presume formaban parte del sistema de comunicación de Hezbolá, fueron catalogadas como uno de los ataques más graves sufridos por el grupo proiraní en los últimos años.Al día siguiente, una segunda ola de explosiones, esta vez relacionada con walkie-talkies utilizados por miembros de la milicia, aumentó la cifra de fallecidos a 20, con más de 450 personas heridas. Hezbolá acusó a Israel de estar detrás de estos atentados, aunque el gobierno israelí no emitió comentarios al respecto.xConmoción en el LíbanoEstas explosiones ocurrieron en un contexto de escalada militar en la región, especialmente tras el anuncio de Israel de extender sus operaciones militares hacia la frontera con el Líbano, como parte de su conflicto en curso con Hamás. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró que las operaciones en el norte del país tienen como objetivo permitir el retorno de los desplazados israelíes a sus hogares.Mientras tanto, diversas organizaciones internacionales expresaron su preocupación por la situación. La Unión Europea condenó los incidentes, mientras que la ONU y Washington alertaron sobre el riesgo de una mayor escalada de violencia.Por su parte, Hezbolá perdió a 20 de sus combatientes en estos ataques, y su líder, Hassan Nasrallah, tiene previsto realizar una declaración pública en las próximas horas para abordar la situación y los pasos a seguir.Analistas sugieren que estos ataques podrían estar vinculados a una infiltración del Mosad en los sistemas de suministro de Hezbolá, lo que habría permitido la colocación de explosivos en los dispositivos electrónicos utilizados por la milicia. Sin embargo, las investigaciones aún están en curso.