xLa provincia se encuentra completamente cubierta desde hace al menos 5 días con una densa capa de humo, esto se debe a los incendios forestales en Bolivia, Brasil y Paraguay, que afectan gravemente al ambiente. En las últimas horas trascendió la llegada del fenómeno meteorológico denominado lluvia negra, y según los observadores meteorológicos de la región es poco probable que ocurra en Chaco.xLa doctora en Recursos Naturales, observadora meteorológica e ingeniera agrónoma, Carolina Fernández López señaló a Diario Chaco: “En la zona está viniendo toda la columna de humo del noroeste y del sector norte de Brasil, pero está en una capa alta de la atmosfera. Para que se dé la lluvia negra deberían estar las partículas más cerca de la superficie y que las nubes se formen sobre ellas y al llover las arrastren hasta la misma”.La lluvia negra es un fenómeno asociado a altos niveles de contaminación atmosférica, caracterizado por precipitaciones que contienen partículas de hollín, cenizas y otros contaminantes. Aunque no siempre se presenta con un color negro, el término se refiere a cualquier lluvia que transporta grandes cantidades de materiales contaminantes en suspensión. Esto se encuentra en la capa más alta de la atmosfera así que es probable que no suceda.Se prevé que, a partir del 11 y 12 de septiembre, un frente frío se desplace hacia la región, desplazando el humo hacia el norte y permitiendo la entrada de aire más limpio, lo que mejorará las condiciones atmosféricas en las provincias afectadas.”Nosotros estamos esperando de acuerdo al pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional que este miércoles ingrese vientos del sur, con ráfagas de viento de hasta 50 kilómetros por hora, eso podría hacer un recambio de estas masas y comenzaría a despejarse”, explicó Fernández López a DCH.QUÉ ES LA LLUVIA NEGRALas observadoras meteorológicas de la consultora EPASIG (Evaluación y Planificación Avanzada con Sistemas de Información Geográfica), Ayelén Montserrat Núñez y Guadalupe Retamozo, contaron a DCH: “Estas partículas actúan como núcleos de condensación en la atmósfera, formando pequeñas gotas de lluvia que, al hacerse lo suficientemente pesadas, caen al suelo. La presencia de estas partículas oscurece la lluvia, dándole un color más oscuro de lo habitual”.Es importante distinguir entre lluvia negra y lluvia ácida. La primera, ocurre cuando las partículas de hollín, cenizas y polvo, derivadas de eventos como incendios, se mezclan con la lluvia, resultando en precipitaciones oscuras y localizadas. Sus efectos son inmediatos y afectan principalmente la salud y el medio ambiente en las áreas afectadas.Por otro lado, la lluvia ácida es el resultado de la reacción de gases contaminantes, como dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, con vapor de agua en la atmósfera. Esta combinación forma ácidos que caen con la lluvia y tiene un impacto más amplio y duradero, afectando grandes áreas, ecosistemas y estructuras a lo largo del tiempo. Además, puede causar problemas de salud relacionados con la exposición prolongada a la contaminación.LOS FOCOS DE INCENDIOS EN ALTAHasta la fecha, en Bolivia se han visto afectados aproximadamente 3.8 millones de hectáreas de bosques y pastizales, según datos oficiales. Los departamentos más afectados incluyen Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz. Además, se han registrado 58.895 indicios de incendios, un aumento significativo en comparación con los 15.297 reportados en el mismo período del año pasado, lo que representa el doble de casos.En el Chaco Paraguayo, el fuego ya arrasó con más de 80.000 hectáreas. En cuanto a los focos de calor en Paraguay, se contabilizaron 17. 739 hasta el momento, mientras que durante todo el año pasado se registraron 18.547. En Brasil, la cuestión es aún más agravante, los focos ígneos alcanzan hasta 164.543, lo que, aunque sigue siendo una cifra alta, representa una disminución en comparación con el año pasado.Argentina también se encuentra afectada por los incendios, con 21.170 focos reportados hasta ahora en las provincias de La Rioja, Córdoba, San Luis y el Delta del Paraná.