xEl Banco Central de la República Argentina (BCRA) proyecta que la inflación en septiembre podría disminuir al 3,5%, una estimación vinculada a la reciente reducción de la alícuota del impuesto PAIS, que pasó del 17,5% al 7,5% para el pago de importaciones y fletes. Esta predicción fue presentada por el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, durante la cumbre del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), donde también se resaltó una caída del índice de precios al consumidor (IPC) núcleo al 3%.A pesar de esta proyección optimista, el mercado muestra reservas respecto al impacto de esta medida en la inflación. Según el informe de la consultora LCG, “el impacto sobre la inflación resulta difícil de estimar”, dado que depende de diversos factores, como la estructura de costos de bienes y servicios que incluyen insumos importados. LCG advierte que “no será significativo” y que no se esperan reducciones nominales de precios, aunque sí un posible freno en los ajustes previstos.xEl Grupo IEB añadió que, si bien la baja del impuesto podría ayudar a controlar la inflación al reducir el costo de las importaciones, su efecto podría ser más diferido que inmediato, brindando un margen para evitar remarcaciones sin pérdida de rentabilidad. Por otro lado, la consultora 1816 mencionó que “la magnitud del traslado a precios es inherentemente difícil de estimar”, subrayando la falta de precedentes en la historia económica argentina de apreciación nominal en un régimen de tipo de cambio administrado.Además de las proyecciones inflacionarias, Werning presentó un nuevo indicador líder de actividad económica (ILA) desarrollado por el BCRA, basado en una metodología del think tank norteamericano The Conference Board. Según este indicador, la economía habría tocado fondo en marzo y comenzaría a mostrar signos de reactivación a partir de abril, cumpliendo con las condiciones de duración, difusión y profundidad.Es así que, mientras el BCRA apuesta a que la reducción del impuesto PAIS contribuirá a desacelerar la inflación en septiembre, el escepticismo persiste en el sector privado, que ve con cautela el verdadero impacto de la medida en el corto plazo.