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Rosario aún no sale de la conmoción por los crímenes “al azar” de dos taxistas, un colectivero y un playero y las amenazas siguen pero un reporte mensual del Ministerio Público de la Acusación y el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, los asesinatos bajaron a un nivel histórico en el primer periodo del año. 
El 2024, se mantiene, todavía, como al comienzo de 2014 que resultó el menos violento. En el departamento hubo 35 crímenes en el primer trimestre del año. Ahora, marzo cerró como el mes menos violento en una década, son 11 homicidios. Lo mismo ocurrió en febrero con 7 homicidios.
Esta disminución se reflejó a nivel provincial: Santa Fe contabilizó en total 65 homicidios al cierre (preliminar) en el primer trimestre del año. Al comparar el período actual con el mismo del año inmediato anterior (primer trimestre 2023), los hechos de sangre bajaron a nivel provincial en un 46,28% y un 58,33%, en Rosario.
En lo que va del año, hubo 35 asesinatos en Rosario, la cifra más baja registrada en una década. De acuerdo al documento, enero fue el mes más violento con 17 crímenes.
El contraste con el año pasado es evidente: en el mismo periodo se contaron 26, 35 y 18 homicidios, es decir, 79 en total. Los primeros meses de 2023 fueron, en ese sentido, los más violentos desde 2014, aunque el 2022 mantuvo el récord de asesinatos en un año: 291. La mayoría, un 70 por ciento, según cifras históricas, fueron ejecuciones de sicarios y vinculados al crimen organizado.
Pese a los números en baja, la preocupación en la ciudad santafesina no cede. El 25 de marzo, Ángel Di María y su familia recibieron una brutal amenaza. “Ni (Maximiliano) Pullaro te va a salvar”, decía el cartel que fue dejado en la puerta de Funes Hill Miraflores, el country que habitan los padres del astro.
El gobernador Pullaro suele ser también blanco de las intimidaciones, presuntamente motorizadas por las nuevas medidas dirigidas a los presos de alto perfil en las cárceles de la provincia.
Este miércoles, en vísperas del fin de semana extralargo, una familia recibió una amenaza de muerte en su casa del barrio Tablada, situada a unos pocos metros del Destacamento Móvil 2 de Gendarmería Nacional.