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La inflación subió a niveles históricos, la economía se retrajo, el consumo cayó. El presidente Javier Milei demuestra tener las cuentas ordenadas en la macro, pero no hay buenos índices en la microeconomía del hogar de los argentinos.
El mandatario aún mantiene un importante nivel de apoyo a su gestión. Así lo reflejan diversas encuestas. Sin embargo, el clima social se va enrareciendo ante una población que percibe una aceleración en el deterioro de su calidad de vida. Según un estudio de la consultora Moiguer -especializada en consumo- el 52% de los argentinos debió utilizar ahorros para pagar gastos del presupuesto cotidiano y el 85% redujo la cantidad de productos de la compra habitual para el hogar.
La capacidad percibida de consumo alcanza niveles mínimos– sobre todo en la clase baja-, y con un marcado descenso en la clase media. El dinero no alcanza y el presupuesto se acota, por lo tanto, todos recortan gastos.
Miguel Calvete, vicepresidente de la Confederación de Comercios y Servicios de la República Argentina, y presidente del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), indicó en diálogo al medio MDZ que la clase media es la más afectada por el ajuste.
“En principio, hay un cambio de hábitos en el comportamiento. Todo lo que se está consumiendo es mucho más planificado, mucho más racional, mucho más prudente”, afirmó.
La restricción domina el acto de compra. Un importante porcentaje de los consumidores declaró que, en los últimos 30 días, redujo gastos de su presupuesto habitual y, además, no realizó consumos prescindibles (gastos en salidas, restaurantes/delivery, cine, teatro, compra de tecnología/electro, compra de ropa/calzado).
En lo que respecta al consumo de alimentos, bebidas, productos de higiene y limpieza, las familias se vuelcan a segundas marcas; pero además cambian determinados productos por otros más económicos. Por ejemplo, dejan gaseosas por jugo diluido o por jugos en polvo.
En este sentido, el economista y director de la consultora que lleva su nombre, Fernando Moiguer, detalló que se redujo el consumo de carnes y lácteos en 4 de cada 10 hogares. Además, se comen solo verduras y frutas de estación, por ser más económicas.
LOS SECTORES MÁS VULNERABLES
A los sectores de menores recursos, les alcanza menos el dinero. Una tendencia que crece con fuerza es la de la supresión de comidas principales por alguna colación. Se está dando en la base de la pirámide de consumo de los pobres.
En el caso de jubilados, por ejemplo, que están dentro de los sectores más vulnerables, también se registra una discontinuidad en tratamientos y muchos dejan de comprar medicamentos.
Dato no menor, y a modo de conclusión, la sociedad considera que el nivel de ajuste de la economía está resultando poco o nada tolerable para su hogar. La clase media es el fusible clave, ya que cuando no le queden más ahorros a los que echar mano, se terminará la paciencia. Por ende, se vuelve prácticamente una obligación para el gobierno de Milei lograr que la inflación baje y quitar presión en los bolsillos.