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La derrota de la elección presidencial del 2023 todavía no cicatrizó en muchos dirigentes del peronismo. Mientras la gente sufre la inflación y los recortes de subsidios,  en el peronismo todavía sangran. Para reflejo de ello sobran ejemplos, ero el más cercano lo dio la Malena Galmarini, la extitular de AYSA y esposa del excandidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. La dirigente afirmó que “la gente se hinchó las pelotas” del peronismo debido a la “degradación” de los sueldos que atravesó en los últimos años.
Galmarini brindó una entrevista radial en la que en vez de cerrar la herida, la abrió y provocó un notable sangrado. Describió que”todavía el peronismo está muy en la boludez de discutir liderazgos. ‘Bueno… Y ahora ¿Quién queda? Que si es un gobernador, si es Máximo (Kirchner), si es Axel (Kicillof). La verdad que no es momento de discutir liderazgos, creo que hay que discutir otras cosas”.
“Creo que la gente se hinchó las pelotas de nosotros”, expresó y añadió que “de una especie de degradación de la política y de las políticas públicas de las últimas dos, tres décadas”.
Planteó la necesidad de un mayor debate interno, ya que en el congreso que se realizó el 22 de marzo en el microestadio de Ferro Carril Oeste emergieron fuertes divergencias entre los distintos sectores.  Por eso reclamó que se convoque con mayor participación a la línea interna que lidera Massa, el Frente Renovador, para discutir cómo encarar el futuro del Partido Justicialista.
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Criticó la postura adoptada por el peronismo en las últimas dos décadas porque, según confirmó, “no se podía decir mucho para que nadie se ofenda”. Hablaba del kirchnerismo, eso quedó claro. Hablaba de Cristina Fernández, hay que asumirlo.
Sostuvo que Unión por la Patria es “un conjunto unido” pero que para afrontar el balotaje contra Milei se produjeron “errores no forzados” que derivaron en la derrota electoral. “Hubo muchos subsectores de Unión por la Patria que podríamos decir que no creyeron que era posible, que podíamos ganar”, cuestionó Galmarini.
Apuntó los cañones también hacia Martín Guzmán:”Los primeros dos años la política económica siguió siendo la de (Mauricio) Macri, la política financiera con un ministro que no entendía qué pasaba en la calle, en la gente, que estaba muy preocupado por la macroeconomía, como ahora, sin entender cuál era el impacto de sus políticas en la microeconomía”, criticó.
Detalló que tras la derrota con Milei, su esposo está enfocado en la escritura de un libro sobre su paso por la cartera de Hacienda.
Galmarini fue con ganas de hacer catarisis y lo hizo. Su herida más reciente fue la provocada por Daniel Scioli, excandidato a presidente del peronismo y actual secretario de Turimo de Milei. Esa herida sangra todavía. Lo criticó por festejar “el boom turístico de Semana Santa” y declaró que”con este hombre hace mucho tiempo que tengo mis serias diferencias, cuando fue vicepresidente y no hacía cosas y decía que las manos las tenía atadas, o cuando fue gobernador y la gestión en la provincia de Buenos Aires fue de las peores que hubo”.
El cierre se lo dejó al Gobierno nacional y anticipó que”todavía no vimos lo peor del gobierno de Milei”.
 
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