xPobres. Los argentinos necesitan una respesta del Estado, a pesar de que Javier Milei, su presidente, se niega a colaborar colaborar y solo otorga aumentos miserables a quienes cobran planes sociales.Esta semana se confirmó lo que es palpable en las calles, entre los trabajadores y en los comercios: que casi 25 millones de argentinos son pobres. La situación es crítica pero no estalla por los parches que otorga la ANSES mes a mes. El deterioro del apoyo al presidente Javier Milei es natural pero sigue siendo el que mejor mide. Sin embargo, la Casa Rosada deberá rever su estrategia para el año electoral que se aproxima porque con aumentar los planes sociales no les va a alcanzar para repetir lo hecho en el 2023.La pobreza tiene este mes similares características a aquel momento que provocó que el país tenga cinco presidentes en una semana. No obstante, kirchneristas y libertarios se señalan culpables unos a otros de haberla provocado. Ninguno se hace cargo, pero, hay que decirlo, en ocho meses este Gobierno no generó la totalidad de pobres, pero empujó a muchos a esa condición con las medidas que tomó.   Sabiendo que la cifra de pobreza iba a rondar el 50%, en realidad fue del 52%, el Gobierno proyectó, con inflación mediante, que en el 2025 inyectará unos US$ 3.857 millones para los programas principales que dependen del Ministerio de Capital Humano. Este año tuvieron la caja heredada por el expresidente Alberto Fernández y orientaron los recursos según su pensamiento libertario. Igualmente, entienden que si descuidan a ese sector de marginados les será difícil mantener la legitimidad en las urnas en las elecciones de medio término del año que viene.De esto se habla poco y nada. Muchos analistas, trabajadores y dirigentes no contemplan que a pesar del escenario crítico, que se plasmó con lo informado por el INDEC sobre pobreza e indigencia, la gente no se moviliza porque hay parches: los planes sociales. Estos son paliativos, no alcanzan, es cierto, no es una suma considerable, también es cierto, pero esa relación de canje que comenzó con Carlos Menem y continuó practicándose en mayor medida después de la crisis del 2001 es hoy un argumento sólido para explicar por qué todavía hay un poco de tranquilidad en las calles. Además, cabe remarcar que este Gobierno, sin hacer tanto autobombo, fue aumentando paulatinamente las cifras que cobran los beneficiarios.Otro elemento no menor es el permiso otorgado a La Libertad Avanza (LLA) para arreglar las desprolijidades del kirchnerismo. En este sentido, esta semana se conoció que cinco encuestas reconocen que el Presidente va perdiendo apoyo y su gobierno confianza. Lejos de dramatizar, es natural. Es natural que con el devenir de una gestión la mayoría de los políticos no tengan el mismo respaldo que en una elección. El caso de Milei es especialmente particular porque logró retener un notable apoyo cuando más prendió la motosierra, ahora lo que padece es parte de los efectos de esas medidas. Sin embargo, sostiene más apoyo que cualquiera de los políticos de la oposición, la cual está desordenada, desorganizada y sin referencias claras.Ahora bien, en la Casa Rosada no deberían hacer la plancha en lo que respecta a la pobreza, a la caída del consumo y a los salarios de los trabajadores. Son temas que tienen que atender si quieren salir bien parados en las legislativas. Falta mucho y tienen tiempo para revertir el mensaje que transmiten porque eso del “déficit cero” queda muy lejos del dolor de estómago producto de comer una vez al día y de la condición de trabajadores pobres que no llegan ni siquiera al 15 de cada mes con sus magros sueldos.No alcanza con aumentar el número de beneficiarios de los planes sociales, como le pasó a Cambiemos hace unos años, y tampoco es suficiente aumentarles la cifra mes a mes, como lo practicó el exministro de Economía, Sergio Massa. Los resultados están a la vista. Si LLA ajusta su estrategia a estos parches, la derrota electoral va a estar cantada porque dejarán afuera a los trabajadores autónomos y en relación de dependencia, acaso un bastión importante para que el libertario esté sentado en el sillón de Rivadavia y su hermana reciba a Susana Giménez en la Casa Rosada.Mientras sigan sin dar señales a los argentinos que los votaron, mientras sigan practicando el show menemista como ejercicio político, mientras solo repitan “déficit cero”y se confíen en aumentar los planes sociales,  sueño de ganar más elecciones quedará en una utopía porque con 52% de pobreza se requiere un Estado presente, aunque Milei lo defenestre y se sienta un “topo”, esto es urgente. COMENTÁ EN FACEBOOK: HACÉ CLICK ACÁ