Húmeda o seca. Crónica o aguda. La tos es un concierto que resuena en la oficina, el subte, el colectivo y por doquier en este comienzo de primavera. Los estornudos, la congestión nasal y el lagrimeo también forman parte de este soundtrack que incluso aumenta las molestias de los alérgicos. Si bien la estación que floreció el pasado 21 de septiembre suele desencadenar cada año síntomas alérgicos que son producto de los pólenes de árboles y de gramíneas transportados en altas concentraciones por el aire (irritan las vías aéreas); este 2024 tiene una particularidad: el virus sincicial respiratorio (VSR), que puede durar entre 3 a 8 días, extendió su propagación. Impulsado por el cambio climático, continúa circulando en la atmósfera. Es que desde la última pandemia, los registros de circulación viral sufrieron un cambio sustancial. Antes, eran virus estacionales que predominaban con el frío. Entre 2022 y 2023 los picos de los brotes por VRS variaron en su curva. Laura Pulido es coordinadora de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Le explica a Clarín que en la última semana de agosto, según el boletín epidemiológico, todavía estuvo circulando la influenza y el virus sincicial respiratorio, los cuales resultan altamente contagiosos entre niños y adultos. “Entre mayo y junio hubo muchos brotes. Como la circulación fue tan grande, todavía a fines de agosto se encontraba circulando más de un 20%, sobre todo el VSR. Este fenómeno, asociado a que en esta época existe una mayor irritación de la vía aérea, todavía puede ocasionar brotes”, argumenta la especialista. De hecho, asegura que, hoy en día, la cantidad de casos se mantiene porque fue un invierno con temperaturas frías y existe una baja tasa de vacunación (la inoculación comenzó este año) sumado al hecho de que se toman pocas medidas de profilaxis (uso de barbijo y ventilación de espacios). En este contexto, insiste en que a partir de este año hay que darle mucha importancia al virus sincicial en adultos. “Sobre todo en aquellos con factores de riesgo, mayores de 60 con comorbilidades y mayores de 75 años porque hay un infra diagnóstico de esta afección ya que no tiene un tratamiento específico y se ha demostrado que causa alta comorbilidad, efectos adversos y exacerbaciones de enfermedades crónicas. Además, las tasas de mortalidad y complicaciones a nivel cardiológico como cardiovascular son similares a las de la influenza”, advierte Pulido. Susana de Barayazarra es Presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología. En diálogo con Clarín, señala que la tos también está influenciada por un factor irritativo causado por diversas partículas producto de la quema de árboles, neumáticos y elementos de la construcción e indica que, en algunos pacientes, se ha sumado posiblemente algún virus que prolongó los síntomas. Es que, en varias zonas del país, el medio ambiente resulta muy adverso para la salud respiratoria debido a los incendios que se están produciendo tanto en el interior como en el exterior y que llegaron a las ciudades del noreste, provocando una mala calidad del aire. “Esto es muy perjudicial para los alérgicos, en particular, y para la población sana dado que estos elementos son irritantes y desencadenan síntomas muy molestos que empeoran la calidad de vida”, justifica Barayazarra. ¿Cómo se puede evitar? Para los alérgicos, no es tarea sencilla evitar las alergias estacionales. Sin embargo, hay algunos consejos que se pueden seguir para poder reducir los síntomas. Por ejemplo, quienes conocen los desencadenantes de su afección pueden disminuir la exposición a ellos para evitarlos, no saliendo en los días secos y con viento, quitándonos la ropa usada en el exterior y evitando tender la ropa fuera de casa, donde puede tener contacto con el polen. También conviene mantener los interiores limpios de polen, utilizar un deshumidificador para eliminar la humedad y filtros de alta eficacia. Las expertas consultadas coinciden en que es clave tomar medidas de profilaxis y prevención como el uso de barbijo, evitar la apertura de ventanas o de salida al exterior cuando hay gran cantidad de polen en el aire o cuando la persona tenga un cuadro que le permita sospechar una infección para evitar la circulación del virus. En este último supuesto, advierten sobre la relevancia de resguardarse y consultar al médico con mascarilla en la sala de espera La única forma de prevención de estas enfermedades es a través de la vacunación que nos ofrece anticuerpos frente a los patógenos. Hay vacunas disponibles contra la influenza, el neumococo, el Covid y el virus sincicial respiratorio que son los virus y bacterias de mayor circulación, tanto en niños como en adultos. Lamentablemente, las tasas de vacunación son bajas a nivel mundial, pero hay que saber que esta herramienta nos permite disminuir la circulación viral, prevenir la enfermedad y mantenernos sanos”, arenga Pulido.