El Gobierno de Javier Milei, a 4 meses de asumir, toma las decisiones con base en un estilo de poder bifronte. A veces gana “el jefe” su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y otras, el presidente y líder de La Libertad Avanza. Así se explican las modificaciones casi constantes en el organigrama del gabinete,

El cambio rotundo en el esquema de gestión que buscó imponer Milei desde el día cero, con la reducción de 18 a 8 ministerios y disminución de cargos políticos del Estado, generaron demoras y en algunos casos la paralización de decisiones de gobierno. Hubo designaciones que se anunciaron, pero que nunca se concretaron, renuncias sucesivas, eliminación de cargos sobre la marcha… denotan que están aprendiendo a gobernar, basándose en el método prueba-error.

El Gabinete va aprendiendo a gestionar sobre la marcha, y responde con cambios sorpresivos, a veces, compulsivos, sin importar lo que digan, ante las necesidades del momento. En varios casos tuvieron que dar marcha atrás en medio de duras internas en las que el propio Milei tuvo que intervenir personalmente.

Fue el caso esta semana de la rejerarquización y aumento de sueldos del vocero Manuel Adorni y del secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, en medio de una dura interna que enfrenta al segundo con Karina Milei. Que derivó en tres readecuaciones del organigrama de cargos del Gabinete y un aumento discrecional del presupuesto.

Pero también trascendió la renuncia de otros 4 funcionarios en la Secretaría de Trabajo: cuando las cosas no salen como pide la Casa Rosada, Milei o Karina cortan de cuajo y piden renuncias y hasta eliminan las áreas, directamente.

Cabe recordar el caso emblemático de la filtración de una polémica frase de Milei cuando dijo que iba a dejar sin un peso a los gobernadores que se opongan a la ley ómnibus, en una reunión de Gabinete, y terminó eyectado el exministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, acusado de la filtración.

40 días después se oficializó la eliminación de ese ministerio que bajó al nivel de secretaría aumentando el poder del Ministro de Economía, Luis Caputo.

Otro caso de renuncia intempestiva fue el alejamiento del exsecretario de Planificación de la Jefatura de Gabinete, Armando Guibert, un funcionario clave que tenía a su cargo la firma de los despidos en el Estado. No fue reemplazado, y esa secretaría terminó disuelta.

El exsecretario de Trabajo, Omar Yasín, fue renunciado por haber firmado una resolución de aumento de funcionarios del gobierno que al hacerse pública que Milei ordenó dar marcha atrás. Todo se dio en medio de la renegociación de paritarias y del anuncio del segundo paro general de la CGT.

La interna que explica los vaivenes en la estructura de Comunicación de Milei

Tal es el caso de los cambios en la secretaría de Comunicación, y la Secretaría General de Presidencia, que quedó reflejada en la baja y posterior suba de rango del secretario de Comunicación de la Presidencia, Eduardo Serenellini, quien a tres meses de haber asumido, y sin que nadie en la Casa Rosada explique cuál es su rol concreto en la administración pública.

Serenellini había sido designado después de un mes de Gobierno de Milei, tras la renuncia de Belén Stettler, en la Secretaría de Comunicación de una amplia estructura que heredó con rango ministerial de la gestión de Alberto Fernández. Pero rápidamente fue acusado por el entorno íntimo de Milei de cortarse solo en una agenda con empresarios.

Karina decretó el vaciamiento de funciones de esa secretaría, absorbiendo el resto del equipo de comunicación, y lo mandó a pasar dos meses al ostracismo, con la baja de rango de ministerio a secretaría, sin funciones concretas y quedando afuera de las reuniones de Gabinete.

Acusado de ser ñoqui por sus colegas del gabinete, Serenellini se quejó ante Milei porque le vaciaron la secretaría, y el presidente le pidió a Karina que le devuelva el cargo.

Según se pudo saber, “le devolvieron el rango que le habían sacado porque llamó a Javier Milei para quejarse de que estaba sin funciones y el presidente se lo pidió a Karina. En términos prácticos y políticos no cambia nada”, reveló una alta fuente de la Casa Rosada.

Al justificar la decisión, que tendrá impacto económico por el consecuente aumento de sueldo que recibirá Serenellini, el decreto subrayó que “resulta necesario para la gestión adecuar el rango y jerarquía del titular de la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la Nación”.

¿Cuál es el rol de Serenellini?Ni sus propios funcionarios lo saben, pero ahora el decreto firmado por Milei le permitirá ampliar el organigrama de colaboradores, además del aumento por el que pasará a cobrar más de $4.000.000, una cuestión que tanto criticó Milei de senadores mientras el gobierno le pone techo del 10% según la inflación mensual a las paritarias del sector privado y a las jubilaciones.

El ascenso de Serenellini se dio al día siguiente de que el vocero presidencial Manuel Adorni, que no depende de Prensa, sino de la Secretaría General de Presidencia, y por su fidelidad al ser la voz diaria del Gobierno, fue premiado con la jerarquización como secretario de Estado, y un aumento salarial también de $300 mil pesos.

Todo sucedió en medio del feroz ajuste en los salarios de la mayoría de la población y de la polémica entre la Casa Rosada y el Senado por el aumento del 170% en las dietas de senadores que volvió a dejar al descubierto la ya vieja interna entre Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel.

Al margen de esta interna, Milei dejó las cuestiones del reordenamiento y posible privatización de los medios públicos y de la pauta oficial en manos del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, en quien confían la administración con un perfil tan bajo que no se le conoce la voz. Posse ya se prepara para explicar el 30 de abril en el Senado su primer informe de gestión.

La hermética agenda de Milei

No les interesa que se conozca la agenda del presidente. Según pudo saber A24.com, Milei pasa tres de los 5 días hábiles de la semana con reuniones en Olivos, recibiendo invitados en un marco de estricto hermetismo que no se dan a publicidad y muy pocas veces dejan filtrar a los invitados. Muchos de ellos, dirigentes políticos dialoguistas del macrismo. Desde Olivos, el presidente habla a través de las redes sociales apoyado en el equipo de “Trolls” que dependen de Caputo.

Solo martes y jueves preside las reuniones de gabinete temprano en Casa Rosada y a veces las suspende sin previo aviso. El resto de los días se desconoce la agenda del presidente, con excepción de los días que viaja a giras internacionales o participa de un evento público concreto.

“Necesito tener el control de la agenda y no que los medios me la impongan”, se escuchó decir a uno de los más cercanos colabores de Milei que defiende el estilo de confrontación permanente que generó que varios de los periodistas más reconocidos del país, le inicien como Jorge Lanata, demandas judiciales por calumnias, injurias, persecución y discriminación, contra el presidente.

Se sumaron organismos que nuclean a periodistas como FOPEA que defienden la libertad de prensa y denunciaron públicamente intentos de censura y ataques directos a periodistas de distintos medios que preguntan o expresan opiniones distintas a las del Gobierno. Un rasgo que en el Gobierno desmienten que esté relacionado con la posibilidad de virar hacia un régimen autoritario.

En su plan de su comunicación sin intermediarios, Milei anunció ante empresarios en el Foro Llao Llao en Bariloche, que prepara para una segunda cadena nacional para el próximo 22 de abril, para hacer anuncios económicos.